lunes, 11 de noviembre de 2019

Uruguay y su realidad en el siglo XXI


Texto por:
José Manuel Barbier Orozco
10°A - Colegio Benedictino de Santa María

Uruguay es un país de Suramérica. Ubicado en el sureste del continente y limitando en el norte con Brasil, en el Oeste con Argentina, y en el sur y este con el Océano Atlántico, este país declarado independiente en el año 1825 ha sido estigmatizado en su modernidad como un territorio pacífico, calmado y seguro. Una enorme mentira para como se encuentra su situación actual, y es que sucede que este país subdesarrollado sufre muchos problemas en su modernidad y actualidad, una realidad que parte desde factores como el narcotráfico hasta una alarmante falta de independencia en cuanto a su cultura, una realidad que frena radicalmente al país de poder progresar y subir su rango como potencia en un territorio lleno de potencial para progresar y subirse al primer mundo.

En primer lugar, el más grande problema de Uruguay en su actualidad es su alto descuido en cuanto al narcotráfico, pues resulta que Uruguay es un país utilizado de manera potencialmente estratégica por traficantes de drogas para llevar sus cargamentos a Europa, puesto que, en su actualidad, el suramericano país no destina una cantidad suficiente de fondos a la protección y seguridad de sus puertos marítimos o aéreos, lo que resulta en un fácil método de enviar mercancía ilegal a Europa y al resto del mundo, al punto que el canal alemán DW (Deutsche Welle) lo ha nombrado el nuevo centro mundial para el narcotráfico. Otro de sus problemas radica en un hueco cuando se trata de una cultura propia, y es que sucede que una parte de su cultura se ve atada de cierta manera a las culturas Argentina y Brasileña, propia de sus dos vecinos terrenales. El caso radica en que algunas de las músicas típicas del suroriental país latino son géneros que tomaron de sus vecinos, como por ejemplo el gato, el malambo y la huella de Argentina y la cifra, la milonga y la habanera en el caso de Brasil. Otra de las dificultades en este país se define por una considerable falta de seguridad en cuanto a bandas o grupos armados, y es que en un país de aproximadamente 3’500.000 habitantes (una población considerablemente pequeña si la comparas con otros países más grandes de Latinoamérica como Colombia con casi 50’000.000) los movimientos y sus acciones, tanto positivas como negativas, son mucho más notable y si sus intenciones no son las mejores podrían fácilmente damnificar al país de una manera notable, así como a sus habitantes. Finalmente, algo que arrastra hacia atrás el país, aunque no es algo que en su totalidad pueda controlar, es una reputación estancada en el tiempo de un terreno “estable y seguro”, una imagen de un país que, tal vez hace unos años enfrentaba situaciones diferentes a la actual, pero esta imagen no es actualizada con ellos, dejándoles cierta ancla que no les permite salir adelante.

Sin embargo, que Uruguay tenga varios aspectos que lo anclen a un sub-desarrollo no significa que no tenga formas de sobresalir y de mejorar su rendimiento a nivel mundial.
Para comenzar, pese a que Uruguay vive una situación algo compleja, también posee ideales de seguridad firmes y que le son útiles para ponerlos en práctica y mejorar el país, gracias a su expresidente José Mujica. Además, el país, además del arroz y la carne bovina como productos principales de exportación, a su vez posee una pasta química derivada de la madera, y si bien esta es exportada como materia prima, es perfectamente posible utilizarla para crear productos de utilidad diversa y con conocimientos aplicados, lo que le darían una ventaja para subirse al podio de Nuevos Países Industrializados (N.P.I.). También el país es relativamente de pequeño tamaño terrenal, en comparación a otros países de su continente como Brasil, Argentina, Colombia, entre otros. Y a pesar de que esto podría verse como una desventaja, a su vez simplifica la labor de brindar mayor seguridad a los puertos de estos, al ser en relación menor cantidad que otros países que cubran más terreno costero. Finalmente, pero no menos importante, es cierto que Uruguay vive ciertas situaciones difíciles en cuanto al narcotráfico y la seguridad, pero económicamente, durante los recientes años, no ha sufrido ningún problema que se pueda considerar crítico o amenazante en gran proporción para el sistema del país.

En síntesis, Uruguay tiene sus problemas y anclas, como todo país latinoamericano, que lo mantienen en el tercer mundo, pero esto no quiere decir que, aplicando las bases que tiene de forma apropiada, no pueda llegar a desarrollarse a grandes niveles e industrializarse para salir adelante.

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